Lorena Guillé: “Cuando te llama tu propósito, contesta”

Ser parte de la comunidad es un objetivo que se presenta, afortunadamente, con más frecuencia en las empresas mexicanas. Proponerse una meta en dicho sentido sin duda resulta inspirador, pero ¿de qué tamaño es el desafío?

Realizar una diferencia en el mundo, plantearse hacer algo a favor de la gente o de su entorno, puede llegar a mover montañas. En el ámbito de la organización, cuando se establecen las estrategias, planes y programas de acción adecuados, suele obtenerse un efecto constructivo para colaboradores, directivo y, por supuesto, para aquellos que forman parte de cada institución: clientes, proveedores y demás grupos de interés.

«¿Qué voy a hacer? Yo quiero hacer algo por el mundo», fue la pregunta que un buen día se hizo Lorena Guillé, Directora de Responsabilidad Social Corporativa de Grupo Cinépolis.

Una infancia rodeada por padres y hermanos allegados a actividades de labor social, dirigidas en especial hacia personas en estado de vulnerabilidad de índole diversa, despertaron en Lorena Guillé un llamado fundamental.

«Esto fue clave para descubrir mi vocación desde pequeña», explica Lorena y recuerda cómo, tiempo después, en los días de su formación universitaria, cobró mayor fuerza su orientación social, observando el ejemplo de otros compañeros que ponían en marcha proyectos que le impresionaron por sus intenciones. “Me di cuenta de que servir a los demás y apostar por un mundo mejor valía la pena».

“Cuanto te llama tu propósito, contesta”, comparte Lorena Guillé. Ese deseo interior, la condujo hacia una experiencia que influyó positivamente en sus intereses y actitudes. Así, tuvo oportunidad de participar como voluntaria de la Organización de las Naciones Unidas, espacio donde reconfirmó una idea poderosa: “yo quiero hacer algo por el mundo».

¿En qué se tradujo esta impronta en la vida de Lorena Guillé? Hacia 2008, vio el nacimiento de Fundación Cinépolis, institución dedicada a contribuir al cierre de brechas en materia de justicia social en México, considerando tres ejes vinculados al corazón del negocio; estos son salud visual, educación a través del cine y el entretenimiento con sentido.

Son más de 35 mil personas en situación de ceguera por catarata las que han recuperado la vista a través del programa ‘Del amor nace la vista’, entre otros logros sobresalientes. Asimismo, la fundación cuenta con programas para llevar, a través de la Ruta Cinépolis, funciones a comunidades donde el cine, en pleno siglo XXI aún no llega. Lorena Guillé recuerda en especial una proyección que tuvo lugar en Pomaro, Michoacán, poblado de 113 viviendas y unos 700 habitantes.

«Un niño llamado Juan levantó la mano y dijo que no conocía el cine, pero que así es como se lo imaginaba. Lo que vivimos muchos no es la realidad en gran parte del país y tenemos una necesidad de asumir una responsabilidad y aprender tres cosas: a tener conversación, a respetar y a ser hospitalarios”.

Redacción Amedirh.